Entrada Concurso de Relatos: El Misterio de las Orejas Doradas

El 15 de diciembre, mientras se hacían modificaciones en Country Bear Jamboree, una atracción de Walt Disney World, se encontró una nota firmada por Walt Disney que afirmaba haber pedido que, en caso de fallecer antes de que el parque se inaugurara, se escondieran ahí unas orejas de oro junto con el primer dibujo que realizó de Mickey Mouse y diferentes ideas que tenía para realizar películas. Se afirma que el señor Disney podría haberle dejado este encargo a alguno de sus amigos “Imagineers” ya que sólo ellos podrían haber tenido acceso al parque. Millones de personas se acercan a los parques con la esperanza de encontrar ese tesoro escondido, a pesar de que la empresa Disney desmiente la noticia.

Alicia no creyó eso y se molestó bastante ya que solo le faltaban 2 días para viajar a Disney World. No quería que estuviera lleno de gente. Había leído mucho sobre Walt Disney, por lo que le llamó la atención que la nota hubiera sido encontrada en Country Bear Jamboree. Había leído que la última vez que Disney se rió con ganas fue al ver el boceto de uno de los personajes de esta atracción.

Cuando finalmente llegó a Magic Kingdom, un par de días después fue a la atracción. Pese a su escepticismo, se acercó al personaje que había hecho reír a Disney y allí, detrás de la figura animatronic, encontró una hoja amarillenta. La escondió antes de que alguien pudiese verla. Cuando pudo alejarse de la gente la leyó. En inglés decía: “Aquí habrá mucha agua. Huckleberry Finn habría amado este lugar. Si encuentras esa rueda quizás puedas ponérsela a la carroza de Cenicienta para que te lleve al baile.” Por un momento Alicia dudó. Pensó en los tres parques acuáticos. El que abrió primero, River Country, parecía encajar con la descripción. Alicia sabía que River Country había cerrado hacía unos años pero que aún estaba en pié en la costa de Bay Lake. No perdía nada con dar una vuelta por ahí.

River Country había sido un hermoso parque, no cabía duda. Ni siquiera la vegetación que cubría lo que habían sido senderos ni el hecho de que no hubiera nadie allí podía quitarle la magia. Alicia se acercó a un mapa del parque cubierto de polvo. Pensó en una rueda y entonces lo entendió. Un juego se llamaba “Tire Swing”, era simplemente un neumático atado con una cuerda para balancearse y lanzarse al agua. Caminó por el parque un poco asustada. Temía que alguien la descubriera, pero no había un alma. Cuando llegó al lugar descubrió que no sería difícil llegar a las hamacas porque no había agua allí. Revisó los neumáticos hasta el cansancio pero no encontró nada… quizás se había equivocado. Pero cuando se columpió, miró hacia adelante y vio que había una hilera de neumáticos dibujados en el suelo. Conducían a una pequeña cabaña. La puerta estaba abierta. Sobre una mesa, Alicia encontró una llave con un pequeño neumático tallado en el mango. Al lado de la llave, había un carruaje en miniatura. Al introducir la llave en una rendija el carruaje se abrió con la música de Cenicienta. Allí había otra nota: “Llegaste lejos, pero quizás este carruaje pueda llevarte al País de Nunca Jamás, la segunda estrella a la derecha y hasta que amanezca. ¿Tendrá Garfio lo que buscas?”. “¡Peter Pan’s Flight!” pensó con alegría. Pero no había forma de entrar a la atracción sin ser vista. Corrió hacia Magic Kingdom. Una amiga trabajaba allí, quizás ella pudiera ayudarla. 

Esa noche Alicia entró en la atracción y buscó a Garfio. Bajó el muñeco había una pequeña compuerta. Al abrirla encontró un cofrecito polvoriento. Lo cargó fuera de la atracción y lo abrió. ¡Allí estaban las orejas doradas, era un pequeño dije, y el dibujo de Mickey autografiado! También había una nota: “Todos los sueños pueden hacerse realidad si tenemos el coraje para luchar por ellos”.

Alicia se dirigió a Main Street aún con el cofre en sus manos y sonrió. Frente a ella estaba la estatua de Walt Disney con Mickey de la mano y por un instante, le pareció que le guiñaba un ojo.